A
principios del mes, y especialmente invitados por el trasandino amigo Torke
(fundador y administrador del Club/foro KLR Chile) viajamos (Korke, Bonanza y
yo) al Primer Encuentro Internacional de usuarios de KLR a desarrollarse en la
comuna de La Estrella
(poblado cercano a la costa en la VI Region Gral.O´Higgins). Para ahorrar tiempo
(…y energías) desde Buenos
Aires hasta Mendoza
fuimos en la camioneta de Korke, transportando nuestras 3 motos en un trailer,
de modo que dos de nosotros pudiéramos ir durmiendo mientras el tercero
conducía.
Cerca
de la hora 22 arribamos a Luján
de Cuyo, donde dejaríamos la camioneta y el trailer en la casa del virtual
amigo José, quien nos esperaba con un asado y ya nos había reservado una de las
cabañas para pernoctar. Tras una bien regada sobremesa compartida con su esposa
y sus hijos adolescentes, surgieron interesantes anecdotas de sus labores en la
montaña (es ingeniero agrimensor y hace trabajo de campo para empresas mineras,
también lo es su esposa, quien se dedica a la docencia y a la investigación por cuenta del
CONICET, brindándonos magistrales lecciones del sistema de
posicionamiento global), todo ello en un marco de cálida familiaridad, inusual
entre personas que acaban de conocerse…pero así suele ser el mundillo de los
motoviajeros.
Temprano
en la mañana siguiente, y ya reunidos con otros amigos provenientes de San Juan, de Rosario y de Mar del Plata, encaramos
el cruce de la Cordillera
en una reducida caravana de KLRs, arribando a Santiago a media tarde, donde dedicamos un par de
horas a recorrer los negocios agrupados de accesorios para motos y retirar una
compras previamente efectuadas por Internet.
Tras
reiterados extravíos en el rápido tránsito de las autopistas santiaguinas, pasadas
las 23°° llegamos famélicos a La Estrella ,
un pintoresco poblado netamente rural, sin infraestructura turística, por lo que carece de hotel
y de restaurante, pero el amigo Torke logró que un vecino abriera su despensa y
nos procuró pan, fiambre y bebidas que, en tales circunstancias fue una
exquisita cena; el alojamiento de los siguientes 3 días ya estaba previsto en
el internado del colegio comunal, gentilmente cedido por el Alcalde, que junto
al importador de Kawasaki, fue patrocinante del evento.
En los
siguientes días un nutrido programa de actividades nos mantuvo ocupados de la
mañana a la noche: excursiones a La Boca
(desembocadura del Rio
Rapel), Matanzas
(donde nos esperaba un almuerzo grupal en una marisquería típica), Pichilemu (famosa playa
de certámenes internacionales de surf) y Cahuil, entre otros recorridos; otras actividades
programadas fueron los cursillos de mecánica ligera (exclusiva para el modelo),
primeros auxilios en ruta y navegación con gps; y el broche de oro fueron los
concursos de destrezas conductivas en un circuito agreste trazado para tal fin en
una zona montañosa, de los que algunos solo participamos como espectadores
junto a la gente del pueblo, para quienes quizás éste fue el “acontecimiento”
del año…
Fue un
encuentro diferente a los que se acostumbra hacer aquí en muchos aspectos: no
tenía fin de lucro, ni se convocaba multitudinariamente a un determinado
camping cuya cantina explotaban los organizadores; por el contrario, era
exclusivamente para usuarios del modelo (con inscripción previa, la que incluia
el hospedaje y las comidas al costo), invitados por Internet, de todo Chile y
de paises limítrofes.
En fin…fue una excusa más para salir a la ruta con algunos amigos…y regresar con muchos más.
El video oficial del evento: https://www.youtube.com/watch?v=7kiuK8U7ems&list=PLtpYCKQAgKPszQBlnWjKlAVC6HVwaQM61&index=1
En fin…fue una excusa más para salir a la ruta con algunos amigos…y regresar con muchos más.
El video oficial del evento: https://www.youtube.com/watch?v=7kiuK8U7ems&list=PLtpYCKQAgKPszQBlnWjKlAVC6HVwaQM61&index=1