Septiembre 2010 Mendoza-Neuquen (RA)



A fines de Septiembre de 2010 nos propusimos recorrer el tramo de la Ruta Nacional 40 que aun no conocíamos, el que comunica el Sur de MENDOZA con el Norte de NEUQUEN, y en ésta conocer el Parque Provincial Tromén.
Planificamos partir desde SAN RAFAEL (Mza) y viajar hacia el Sur hasta Caviahue y Copahue (Nqn), ya que previamente habíamos recorrido las zonas ubicadas al Norte de SAN RAFAEL y las ubicadas al Sur de Pino Hachado.
Solamente el 10% inicial del viaje salió según lo planeado, el 90% restante fue frustrante (por decirlo de un modo educado)…por aquello de: “el Hombre propone y la Naturaleza dispone”.
La primera semana nos alojamos en una cómoda cabaña ubicada entre plantaciones de frutales, un lugar bien tranquilo en esa época del año, en la zona rural de Rama Caída, a unos kilómetros de San Rafael, y recorrimos todos los embalses de esa zona mendocina, amén del Cañón del Atuel y Valle Grande.
Lamentablemente el clima no fue propicio para visitar la Laguna del Diamante ni las Termas del Sosneado porque la nieve tardía de ese año aun interrumpía los caminos.
La siguiente parada planeada, y base para recorrer su zona de influencia sería MALARGÜE, pero solo visitamos el valle de Las Leñas y luego nos enteramos, en la oficina de Información Turística, de dos circunstancias que nos motivaron a continuar viaje en plena noche: a) nuestra llegada coincidió con la celebración de un congreso de astronomía o algo similar, que había agotado las posibilidades de hospedaje, y b) que de los 4 sitios de interés para visitar, a solo uno podía llegarse por cuenta propia comprando la entrada y contratando un guía (obligatorio) en dicha oficina, mientras que la visita a los otros tres debía contratarse mediante agencias de turismo privadas…y obviamente no acepté pagar para que me lleven en una Traffic luego de haber conducido mi vehículo 1200 kms. desde BAires. Aparentemente el turismo de Malargüe está programado para aquellos que bajan del avión para ir a esquiar a Las Leñas y “de paso” visitan los atractivos naturales de la zona.
En la siguiente parada, Bardas Blancas, tampoco pudimos quedarnos porque una cuadrilla de YPF en varias camionetas había ocupado el hotel por varias semanas.
Continuamos por la RN-40 hacia el Sur, perdiendo de ver los mejores paisajes (vistos en Internet) por la oscuridad de la noche y el polvo del ripio, y poco antes de la medianoche arribamos a BARRANCAS, donde comienzan el asfalto y la provincia de Nqn.
Conseguimos habitación y comida caliente en el único hospedaje abierto del pueblo, y al día siguiente optamos por llegar al Parque Provincial Tromén por la actual Ruta Provincial 37 (ex RN-40) que, tras 90 kms. de ripio lleva a CHOS MALAL atravesando dicho parque, mientras que la nueva RN-40 llega tras 120 kms. de asfalto pasando por BUTA RANQUIL.
Esa ruta, que nos informaron estaría transitable, resultó cortada por bardones a la altura del Volcán Tromén y una tormenta de nieve impidió nuestro desplazamiento desde el jueves 29/09 hasta el sábado siguiente, en que regresamos a Barrancas con ayuda de la Policía Neuquina con asiento en dicho pueblo. (comentario del evento, al final)
En Chos-Malal, un piquete municipal cortaba la RN-40 e impidió nuestro desplazamiento hacia el Sur en dirección a Caviahue y Copahue, por lo que decidimos ir unos días a ANDACOLLO.
Hermoso pueblito éste donde paramos unos días, visitamos Hingan-Co, y otras poblaciones vecinas también muy atractivas, pero al cabo de la semana y sin más para recorrer debido a caminos aun no transitables, regresamos a Chos Malal para continuar viaje hacia el Sur.
Debido a que el piquete continuaba cortando la ruta en el único puente que cruza el río, decidimos tomar la RP-6 hacia el Este, cruzando los campos petroleros en dirección a Rincón de los Sauces, poblado al que 48 hs. después de llegar descubrimos que no había nada que motivara prolongar nuestra estadía allí y resolvimos dar por terminadas las vacaciones, y regresar por el Norte de RIO NEGRO hasta CATRIEL (LP), donde encontramos nuevamente el asfalto y no paramos hasta llegar a casa.
Como es de suponer, nuestro balance de este viaje no fue positivo, y pese a que esperé casi un año para volcar mis impresiones en este relato, tratando de ser ecuánime en su redacción, sigo pensando que es una experiencia más digna de olvidar que de recordar.